Entró en la estancia con paso arrogante y una mirada fría. Era hora de terminar lo que había empezado hacía unas horas.
Se encaminó hacia la mesa blanca de aspecto impecable situada en la pared del fondo de la habitación. Sobre ella, la víctima que se había encargado de despellejar hacía ya un rato la esperaba, ya sin vida, lista para servirle de conejillo de indias en su pequeño experimento.
Decidió quitarse los guantes que llevaba. Disfrutaba con la sensación de la carne muerta, aun fresca y sanguinolenta, haciendo contacto directamente con la piel de sus manos y parte de los brazos.
Jugó con ella todo lo que quiso, manipulándola a su antojo para sus propios propósitos. Notaba un cosquilleo en el estómago, producido por la satisfacción que le daba su pequeño entretenimiento; no podía ocultar su emoción. Le encantaba el tacto suave y frío de la carne, su color, incluso su olor, que muchos encontrarían desagradable, para ella era incluso estimulante.
Estaba a punto de terminar su obra maestra, cuando de pronto alguien entró en el cuarto de forma un tanto brusca.
-Eva, ¿aun no está el asado?
-¿Quieres esperar? ¡Aun tengo que meterlo en el horno!
2 comentarios:
LOL
LOL
LOL
LOL
xD
Te quedó muy bueno, sólo que el final fue sorprendentemente...raro.
Besitos
XDDDD
Caíiiiiii, pensé que era un gore, me ha gustado mucho, de hecho en eso pienso cuando como asado, que es el cadáver de algún animalito que alguna vez debió ser un lindo ternerito xD
O un simpático pollito piando en busca de su madre XD
A todo esto, soy Edain del foro "Relatos ilustrados".
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