miércoles, 1 de julio de 2009

Debilidad

3 comentarios
Para Retos Ilustrados.
Tabla: Ojalá | Frase 5: Ojalá que tu nombre se le olvide a esa voz.
Fandom: Original.
Género: Romance.



Debilidad

Desde mi asiento puedo ver, a través de la ventana de la clase, como le muestras tu sonrisa perfecta a esa rubia sin cerebro. De pronto ella se echa a reír de una forma un tanto exagerada y a mí me entran unas ganas enormes de salir de clase corriendo para ir a partirle la cara a esa zorra roba-novios-ajenos. Pero cuando veo como le acaricias la cabeza con confianza y le susurras vete tú a saber lo que al oído no puedo evitar que las lágrimas se agolpen en mis ojos, llevándose consigo mis impulsos homicidas. Como no, siempre es así, el señorito “sí nena todas me desean” no puede evitar coquetearle a todas las niñas tontas que se le ponen por delante.

El timbre que da por finalizada la clase suena, y todo el mundo empieza a salir lo más rápido posible para poder aprovechar la escasa media hora de recreo que tienen por delante. Pero en este momento no estoy de humor para ir a comer tranquilamente con María y el resto. Por no variar, cierto novio mujeriego ha conseguido amargarme para el resto de la mañana. Recojo los libros y me encamino hacia las taquillas, y a juzgar por como la gente me mira y se aparta a mi paso debo de tener una cara que da miedo. Que se jodan, nadie les obliga a mirarme.

Cruzo el patio con aire de ir a matar al que se le ocurra dirigirme la palabra, para encaminarme hacia las pequeñas y solitarias bancas situadas en el patio trasero del edificio de la escuela. Nunca falla, todas las semanas es lo mismo, cada vez que lo encuentro coqueteando con una nueva chica soy yo la que acaba escondiéndose en este lugar para que mis amigas no me vean llorar por un chico que ni si quiera es capaz de serle fiel a su novia. Y a pesar de todo, no se porque en cada maldita ocasión siempre acabo perdonándolo. Definitivamente, estoy gilipollas, o enamorada, como prefieras llamarlo.

Pero esta vez ya me harté, no voy a dejar que siga jugando conmigo, no soy tan tonta como para dejarle que siga haciendo de las suyas mientras yo me muero de celos cada vez que lo veo en actitud demasiado “cariñosa” con otras. Se terminó, no soporto más la cara de superioridad que me ponen todas las fulanas con las que se divierte, como si se rieran de mí. Seguro que piensan “pobrecita, es tan tonta que no se da cuenta de nada”… ¡Una mierda no me doy cuenta! Pero se acabó, al menos quiero terminar esta relación salvando lo poco que queda de lo que sería mí “dignidad de mujer”.

En medio de mis propios sollozos entrecortados con algún que otro hipido escucho el sonido de pasos a mis espaldas, y al girarme lo veo, el origen de mis mejores sueños a la vez que el de mis peores pesadillas. ¿Es que una no puede tener un puñetero momento de tranquilidad en el que llorar y lamentarse a gusto de su suerte? A veces pienso que alguien de arriba debe odiarme. Vuelvo a girarme para limpiar los restos de lágrimas de mis ojos y adoptar un aspecto duro y decidido, esta vez que ni sueñe con que lo perdone, pienso soltarle cuatro cosas sobre lo que significa el respeto a la pareja, la fidelidad, la…

-Ana.

Me tenso al escuchar su voz a mi espalda, apenas a unos centímetros de mí, y casi puedo sentir el calor que emana de su cuerpo fundiéndose con el mío. El muy capullo, sabe que no puedo resistirme cuando me llama con esa voz dulce pero profunda que tiene y que me vuelve loca. En un último momento de cordura decido darme la vuelta para gritarle a la cara todo lo que tenía ensayado de hace tanto tiempo, pero antes de empezar siquiera a girarme siento como unos brazos fuertes y cálidos rodean mi cintura. Cuela su nariz entre mi pelo castaño rojizo e inspira, haciendo que olvide todo aquello que le iba a decir y que se queda atascado en mi garganta, posiblemente para siempre.

Porque después de todo no puedo resistirme a esa voz cuando pronuncias mi nombre, a esos ojos que a pesar de todo me miran como si fuera la única, al tacto de tus manos en mi cintura, que me tocan como si llevaran todo el día esperándolo. Y todas las razones por las que debería odiarte se me olvidan, y solo queda tu voz, tus ojos, tu calor…

Soy gilipollas.


-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Dios, ya tenía ganas de publicar algo aquí para quitar de en medio la anterior "historia", o intento de historia... Bueno, intenté que no me saliera una historia muy drama, así que puse a la protagonista algo basta y pasota xD
Espero que os haya gustado aunque sea un poquito :D

¿Comentarios? :3

Debilidad

Para Retos Ilustrados.
Tabla: Ojalá | Frase 5: Ojalá que tu nombre se le olvide a esa voz.
Fandom: Original.
Género: Romance.



Debilidad

Desde mi asiento puedo ver, a través de la ventana de la clase, como le muestras tu sonrisa perfecta a esa rubia sin cerebro. De pronto ella se echa a reír de una forma un tanto exagerada y a mí me entran unas ganas enormes de salir de clase corriendo para ir a partirle la cara a esa zorra roba-novios-ajenos. Pero cuando veo como le acaricias la cabeza con confianza y le susurras vete tú a saber lo que al oído no puedo evitar que las lágrimas se agolpen en mis ojos, llevándose consigo mis impulsos homicidas. Como no, siempre es así, el señorito “sí nena todas me desean” no puede evitar coquetearle a todas las niñas tontas que se le ponen por delante.

El timbre que da por finalizada la clase suena, y todo el mundo empieza a salir lo más rápido posible para poder aprovechar la escasa media hora de recreo que tienen por delante. Pero en este momento no estoy de humor para ir a comer tranquilamente con María y el resto. Por no variar, cierto novio mujeriego ha conseguido amargarme para el resto de la mañana. Recojo los libros y me encamino hacia las taquillas, y a juzgar por como la gente me mira y se aparta a mi paso debo de tener una cara que da miedo. Que se jodan, nadie les obliga a mirarme.

Cruzo el patio con aire de ir a matar al que se le ocurra dirigirme la palabra, para encaminarme hacia las pequeñas y solitarias bancas situadas en el patio trasero del edificio de la escuela. Nunca falla, todas las semanas es lo mismo, cada vez que lo encuentro coqueteando con una nueva chica soy yo la que acaba escondiéndose en este lugar para que mis amigas no me vean llorar por un chico que ni si quiera es capaz de serle fiel a su novia. Y a pesar de todo, no se porque en cada maldita ocasión siempre acabo perdonándolo. Definitivamente, estoy gilipollas, o enamorada, como prefieras llamarlo.

Pero esta vez ya me harté, no voy a dejar que siga jugando conmigo, no soy tan tonta como para dejarle que siga haciendo de las suyas mientras yo me muero de celos cada vez que lo veo en actitud demasiado “cariñosa” con otras. Se terminó, no soporto más la cara de superioridad que me ponen todas las fulanas con las que se divierte, como si se rieran de mí. Seguro que piensan “pobrecita, es tan tonta que no se da cuenta de nada”… ¡Una mierda no me doy cuenta! Pero se acabó, al menos quiero terminar esta relación salvando lo poco que queda de lo que sería mí “dignidad de mujer”.

En medio de mis propios sollozos entrecortados con algún que otro hipido escucho el sonido de pasos a mis espaldas, y al girarme lo veo, el origen de mis mejores sueños a la vez que el de mis peores pesadillas. ¿Es que una no puede tener un puñetero momento de tranquilidad en el que llorar y lamentarse a gusto de su suerte? A veces pienso que alguien de arriba debe odiarme. Vuelvo a girarme para limpiar los restos de lágrimas de mis ojos y adoptar un aspecto duro y decidido, esta vez que ni sueñe con que lo perdone, pienso soltarle cuatro cosas sobre lo que significa el respeto a la pareja, la fidelidad, la…

-Ana.

Me tenso al escuchar su voz a mi espalda, apenas a unos centímetros de mí, y casi puedo sentir el calor que emana de su cuerpo fundiéndose con el mío. El muy capullo, sabe que no puedo resistirme cuando me llama con esa voz dulce pero profunda que tiene y que me vuelve loca. En un último momento de cordura decido darme la vuelta para gritarle a la cara todo lo que tenía ensayado de hace tanto tiempo, pero antes de empezar siquiera a girarme siento como unos brazos fuertes y cálidos rodean mi cintura. Cuela su nariz entre mi pelo castaño rojizo e inspira, haciendo que olvide todo aquello que le iba a decir y que se queda atascado en mi garganta, posiblemente para siempre.

Porque después de todo no puedo resistirme a esa voz cuando pronuncias mi nombre, a esos ojos que a pesar de todo me miran como si fuera la única, al tacto de tus manos en mi cintura, que me tocan como si llevaran todo el día esperándolo. Y todas las razones por las que debería odiarte se me olvidan, y solo queda tu voz, tus ojos, tu calor…

Soy gilipollas.


-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Dios, ya tenía ganas de publicar algo aquí para quitar de en medio la anterior "historia", o intento de historia... Bueno, intenté que no me saliera una historia muy drama, así que puse a la protagonista algo basta y pasota xD
Espero que os haya gustado aunque sea un poquito :D

¿Comentarios? :3